sólo un buen párrafo final
domingo, 6 de junio de 2010
A pesar de sus inconvenientes con el fundamentalismo, sería difícil describir a Agua como una película de protesta, y menos como una obra de ruptura. A la inversa, es una cinta que reúne las convenciones de Hollywood y de Bollywood dentro del espacio sentimental del melodrama, con todas sus claves de arrobamiento pictórico y empleo dramático del clima. Pero por Dios qué corta, qué mezquina parece la palabra melodrama cuando una mujer debe desearle a otra que ha decidido morir: “Quieran los dioses que renazca como un hombre”.
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