jueves, 26 de julio de 2012

Mis cuartetas son puros versos de amor. Tengo un poema a la guitarra, de unas setenta cuartetas. Le voy a decir un pedacito, porque es muy largo: "Voy a hablar de la guitarra / y también de la mujer / porque son tan parecidas / hasta en el modo de ser. / Quien diseñó la guitarra / modelo fue una mujer / la inspiración de un poeta / y el tema de un gran pincel (…) / Cuando las tomo en brazos / una se pone a trinar / la otra, con el pañuelo / coqueta quiere bailar. / Seis cuerdas en la guitarra / seis sentidos la mujer / quien discuta lo contrario / no tiene razón de ser. / La guitarra la hizo el hombre / a la mujer la hizo Dios / pero el hombre es tan goloso / que se quedó con las dos. / "Yo quisiera ser guitarra", / me decía una mujer, / "pero que tú me tocaras / hasta hacerme padecer. / Quisiera hacer esas posturas / de la primera a la sexta / y mi pecho en diapasón / sentir esas manos diestras". / Quien diseñó la guitarra debe haber sido un Don Juan / Le dio forma de mujer / para poderla tocar. / Creo que cualquier piloto / no la puede en esas curvas / siendo guitarra y mujer / va a chocar en la ternura. / Mi guitarra y la mujer / se las llevó un payador / y si se fueron con él / será mejor tocador (…) / Entre guitarra y mujer / le voy a ser bien sincero / sin la guitarra no vivo / y por la mujer me muero".

-¿De dónde sacó usted esa memoria?

-(Responde coqueto) La llevo escondida: Pa´que no me la roben.

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